Madrid, 30 de abril de 2009
Queridos educadores:
Por segunda vez, nos proponemos aplicar el trabajo del objetivo educativo para un nuevo trienio y por ello volvemos a dirigirnos a vosotros para compartir nuestras inquietudes.
Consideramos importante que el objetivo educativo que escojamos responda a la realidad educativa de nuestros días. Por tanto, nos parece oportuno hacer una reflexión sobre el momento de nuestra sociedad.
Analizando muy rápidamente nuestra realidad observamos unos alumnos, niños y jóvenes, que se encuentran con un modelo de sociedad en que todo les viene dado de forma externa y, en muchas ocasiones, confusa.
Ante esta realidad, es importante educar a los alumnos a creer en ellos mismos, a no esperar soluciones externas, a aprender que ellos mismos poseen un potencial enorme... ¡si ellos quieren!
Hoy hablamos de la necesidad de “motivar”, de encontrar “motivaciones” para aprender y vivir con plenitud. Pero, para que haya “motivación”, es importante educar la “propia voluntad” y todos aquellos aspectos que requieren y exigen ejercer la propia responsabilidad.
La Propuesta Educativa Vedruna tiene presente este concepto cuando leemos en ella:
• “Estimula a la constancia, la tenacidad y la responsabilidad en el trabajo como actitudes formadoras del carácter”.
• “Fortalecer la libertad que lleva a optar por el bien común y que nace de la verdad…”. (PEV, pg. 26 )
• “Crear espacios que permitan realizar experiencias de salida de uno mismo y de descubrimiento de los demás”
En el marco de una educación integral de la persona, los valores de la constancia, la tenacidad, el esfuerzo y la responsabilidad son fundamentales.
Por eso, proponemos para este trienio el eslogan:
Con la siguiente secuenciación:
Curso 2009-2010: El valor de la constancia: “Si soy constante, puedo”
Curso 2010-2011: El valor de saber decidir: “No todo es igualmente bueno”
Curso 2011-2012: El valor de la trascendencia: “Despliega tu riqueza interior”
En la dinámica de cada curso escolar, el objetivo educativo debe tener diferentes ámbitos de actuación, con actividades relacionadas con:
a) El ámbito personal, destinado a la autorreflexión de cada alumno.
b) El ámbito grupal, destinado a conocer y compartir experiencias dentro del grupo.
Asimismo, el objetivo de curso permite trabajar aspectos relacionados con cuestiones académicas (hábitos y pautas de trabajo), a la vez que puede ser objeto de reflexión desde el sentido social y trascendente de la persona.
Ello estará siempre en función de las actividades que se propongan a los alumnos, de cara a las cuales no ofrecemos material concreto, ya que existen abundantes fuentes al alcance de todos, tan sólo es preciso compartirlo entre nosotros y utilizar especialmente las posibilidades que intercambiamos a través de eduvedruna.org de los equipos de Pastoral de las provincias. No obstante, sí que recomendamos la consulta a
Camps, Victoria, “Creer en la educación”, Ed. 62.
www.edicionespeninsula.com/es/llibre/creer-en-le-educación_10168.html
“La Competencia Espiritual”. Escuelas Católicas Nacional.
El objetivo educativo se dirige a los alumnos, pero es una gran ocasión para la reflexión y el crecimiento de la cohesión y el compromiso educativo de nosotros los educadores. Sin la formación del profesorado en este ámbito, se nos hace cada vez más difícil el trabajo con los alumnos y las familias.
Con nuestro saludo afectuoso y nuestro apoyo incondicional,
Coordinadoras de Educación